miércoles, 19 de octubre de 2016

Cronopios, Famas y Esperanzas: lo fantástico de lo cotidiano.

Julio Cortázar es un escritor argentino muy famoso por sus cuentos fantásticos y, en especial, por su novela Rayuela. En su libro Historias de Cronopios y de Famas, encontramos relatos muy breves que a simple vista pueden parecer sin sentido, pero que a través de la reflexión es evidente su trascendencia política y social.


Los cuentos contenidos en la obra nos presentan, en un comienzo, hechos de la cotidianidad, pero relatados con una fantasía y un surrealismo que hace que uno piense distintos las cosas. Hace, por ejemplo, que uno se de cuenta del difícil proceso que es subir unas escaleras, o lo complejo de llorar.

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Más adelante, nos enfrenta a las "ocupaciones raras", donde nos presenta familias muy peculiares que viven la vida a su manera y siguiendo sus distintos patrones; algo representativo de las familias es que son raros y poco originales, todo lo que hacen es tradición célebre.

Siempre me ha parecido que el rasgo distintivo de nuestra familia es el recato. Llevamos el pudor a extremos increíbles, tanto en nuestra manera de vestirnos y de comer como en la forma de expresarnos y de subir a los tranvías. Los sobrenombres, por ejemplo, que se adjudican tan desaprensivamente en el barrio de Pacífico, son para nosotros motivo de cuidado, de reflexión y hasta de inquietud. Nos parece que no se puede atribuir un apodo cualquiera a alguien que deberá absorberlo y sufrirlo como un atributo durante toda su vida.
En tercer lugar, en la sección del "material de plástico", los trabajos y todo lo relacionado al mundo laboral es afrontado con una hilaridad y un sentido del humor que saca más de una carcajada.
 Mi secretaria lloraba, leyendo el decreto por el cual me dejaban cesante. Para consolarme decidí abstraer sus lágrimas, y por un rato me deleité con esas diminutas fuentes cristalinas que nacían en el aire y se aplastaban en los biblioratos, el secante y el boletín oficial. La vida está llena de hermosuras así. 
Y, finalmente, nos presentan a nuestros personajes principales, los Cronopios, los Famas, y las Esperanzas, que parecen haber sido los protagonistas de las historias anteriores, pero recién en esta parte adquieren nombre y forma.

Encuentro de un cronopio y un fama en la liquidación de la tienda La Mondiale. 
—Buenas tardes, fama. Tregua cátala espera. 
—¿Cronopio cronopio? 
—Cronopio cronopio. 
—¿Hilo? 
—Dos, pero uno azul. 
El fama considera al cronopio. Nunca hablará hasta no saber que sus palabras son las que convienen, temeroso de que las esperanzas siempre alertas no se deslicen en el aire, esos microbios relucientes, y por una palabra equivocada invadan el corazón bondadoso del cronopio. 
A través de la reflexión, nosotros podemos identificar aspectos de la sociedad actual en los personajes mencionados, es por eso que consideramos este libro como una crítica a la rutina, a los agentes sociales, a la seriedad del diario vivir.


La trama son cuentos surrealistas con los que podemos apreciar distintos momentos de la vida, clases sociales y reflexiones algo escondidas. Con una forma de narrar poéticamente, Cortázar ha llegado a sorprenderme gratamente en estos cuentos un tanto paradójicos y extraños, pero, nos relatan momentos que hemos vivido o viviremos, instantes de nuestra vida, las diferentes clases sociales -los últimos cuentos-. La rareza en la forma de narrar del autor hace que me llegue más aunque a simple vista parezca confuso, Cortázar sabe qué decir y qué palabras usar.
En definitiva, Historias de Cronopios y de Famas son pequeños relatos con toques poéticos y reflexiones escondidas. Cortázar nos describe de forma humorística diferentes aspectos de los humanos.
Javiera


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